A la hora de mejorar nuestro pc, solemos fijarnos en el diseño, en la tarjeta gráfica, en el procesador…pero, ¿y el disco SSD?
Hace ya tiempo pasamos por alto aquello de ampliar la memoria RAM para fichar por el equipo de los SSD, ya que han supuesto uno de los mayores avances en el sector. Pese a que la combinación de elementos del ordenador haya de adaptarse a cada cliente, todos estamos de acuerdo en que queremos que arranque rápido. Es ahí donde entran en juego los SSD.
¿Qué son los SSD?
Los SSD, también conocidos como unidades de estado sólido, son instrumentos que almacenan datos en tu ordenador a partir de la tecnología flash y se caracterizan por ser veloces, silenciosos y resistentes ante las caídas, ya que no tienen componentes móviles que puedan desprenderse con facilidad.
Su vida útil está directamente proporcionada con la cantidad de datos grabados y su tamaño es prácticamente el mismo que el de los discos duros mecánicos, lo que permite la fácil sustitución de uno por el otro. Estos discos mecánicos son los tradicionales, los pre-existentes a los SSD y que se denotan por las siglas HDD. Sus características difieren bastante de las de las unidades de estado sólidas:
– Los SSD son bastante más caros, pero en contrapartida no vibran ni se fragmentan.
– Los HDD toman el doble de tiempo que los SSD en arranque del SO.
– Los SSD transfieren datos a una velocidad mucho mayor y, además, no se ven afectados el magnetismo, mientras que los HDD pueden eliminar datos por esta causa.
En definitiva, suponen una alternativa a los discos duros y tienen la capacidad de almacenar información incluso desconectado el disco.
¿Qué puede hacer el SSD por ti?
Existen diversas formas por las que un SSD puede acelerar el funcionamiento de tu ordenador, los dividiremos en 2 grandes grupos de ventajas:
– 1. Arranque: comprobarás que tu sistema operativo no se queda pillado o que el tiempo de encendido se reducirá notablemente. Como añadido, los documentos y los programas pesados se abrirán en un periquete.
– 2. Accesibilidad de data: puedes usar un SSD como cache del disco duro mecánico para conseguir más velocidad de acceso a los datos.
Los SSD utilizan procesadores integrados que maniobran cómo se van a tratar los datos: su almacenamiento en caché, cómo se recuperan o cómo se limpian.
Los discos de estado sólido son uno de los cambios más significativos a la hora de usar el ordenador, pero a cambio de sustituirlo por el HDD, sacrificamos la gran capacidad de almacenamiento que tienen los discos duros mecánicos convencionales. Una alternativa sería usar un SSD como caché de discos mecánicos.
El caché es el componente que puede presentarse tanto en hardware como en software y que se utiliza para guardar los datos, en este caso, se trataría de usar el SSD como caché hardware con respecto del HDD.
Todos los preparativos necesarios y los pasos a seguir aparecen en internet y mirando la información de un par de páginas puedes adaptar el caché tú mismo desde casa. Advertencia: naturalmente, la mejora no es totalmente equiparable a tener un SSD en estado puro, pero la notarás especialmente en los archivos que más consultas y que no son excesivamente pesados.
Otra forma de usar el SSD para implementar la accesibilidad de data son los discos híbridos SSHD, que tiene lo mejor de ambos mundos: la velocidad del sólido y la gran capacidad del tradicional. Lo bueno de reutilizar el SSD que tienes en lugar de adquirir el híbrido es, principalmente, el ahorro que te supone en el bolsillo.
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